
Un diseñador de interiores debe escuchar a su cliente, valorar sus necesidades y deseos y aconsejarle.
El cliente nos solicitó 2 proyectos, uno con reforma y el otro sin reforma, para valorar y poder tomar decisiones.
Optamos por realizar primero el proyecto con reforma para poder utilizar el mobiliario que íbamos a comprar en caso de que se decidiera a simplemente hacer un proyecto de interiorismo sin reforma y más adelante acometerla.
De esta forma, el mobiliario a comprar podría ser siempre utilizado tanto en un proyecto como en otro.
Para la reforma aconsejamos cambio de pavimento y revestimientos, así como modificación de algunas paredes, sobre todo la de la zona de salón comedor con cocina.
Esto implicaba también alisar paredes y pintar, así como el cambio de algunos mecanismos eléctricos y su posición.
Después de la obtención de varios presupuestos ajustados, el cliente decidió que realizaría el proyecto sin reforma para acometerlo más adelante con las calidades de materiales y servicios que necesitaba.
Personalmente creo que fue una decisión muy acertada.
Como diseñador de interiores siempre aconsejo a mis clientes:
- Compras de calidad, nos ahorrarán dinero en un futuro.
- Acometer una reforma bajando calidad en servicio y materiales es derrochar dinero.
- Jamás acometer una reforma si ello implica una merma considerable en su economía. Es conveniente esperar al momento oportuno.
- Una reforma implica un esfuerzo económico importante. Sin profesionales que protejan, organicen y dirijan la reforma, realicen su dirección… puede convertirse en un verdadero desastre.
- Entre el cliente y el diseñador de interiores debe existir complicidad y confianza.
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